Columna de Opinión
Por: José Luis Regalado
EL COLMO DE ESTE PAIS
Hace unos años que venimos
transitando o sufriendo decisiones del
gobierno que no condicen con la gravedad de la realidad que nos viene castigando. Comenzó apenas
cuando se hicieron cargo de nuestros destinos, como la cuarentena eterna, mala opción
de contratos en vacunas, selección de vacunados preferenciales y muchas más en
este primer año donde se llegó hasta decidir festejos en esta cuarentena en
Olivos, con invitados preferenciales, donde en estos días el presidente pago su
sobreseimiento y el de su compañera o la madre de su hija, en un claro gesto de
aceptación de sus culpabilidades, pero
comprando su sentencia. Seria largo de enumerar las malas decisiones o acciones
tomadas en el tiempo transcurridos, pero podemos comentar una situación que nos muestra el
desvalor, moral ético de quienes dicen guiarnos en este deambular sin rumbo. Sufrimos
viendo la lucha de nuestro mayores con su obra social como lo es el Pami, se
puede acceder a un turno con una espera, que supera con más de 30 días con suerte, en
algunos casos más de 45 o 60 dias. Otra cosa es ver como se evaporan sus
aportes para tener una buena atención, con subsidios millonarios a Centros de
Jubilados Fantasmas a cargo de militantes de la Cámpora. Pero el colmo es otro,
nunca creyeron nuestros mayores llegar a ver una jubilación que hoy paga el
Anses, su institución, de más de 4.000.000
a quien aclaman muchos como “Cristina
Presidente”. El gobierno da la posibilidad de acceder a un crédito para la construcción
de una vivienda con el nombre Procrear, bienvenido sea, la coincidencia es que el valor de este es el
mismo que la jubilación de nuestra ex presidente, hoy nuestra vice Cristina Fernandez. Lo más
grave que una institución como el Anses avala esto, cuando la mayor parte de
sus beneficiarios no superan los 40000 pesos de jubilación. Esto supera el
colmo de este país, donde queda el valor
ético y moral del cobro de una jubilación que tenga un valor de una vivienda,
de quien tiene el deber de velar por nuestros destinos. Seguramente esto debería
inscribirse en el libro record de Guinness.