Columna de Opinión
Por: José Luis Regalado
El relato continua
Hay una
realidad difícil de evaluar, porque
tenemos un pasado cercano que nadie se hace cargo. Cuando se cometieron
semejantes desmanes en los manejos de lo público el recato o el silencio, en un
tiempo prudencial, sería una de las formas a adoptar en estas situaciones que
están tan frescas. Pero estar fuera del poder causa este aparentemente síndrome de abstinencia, ya que este causa adicción
en algunos que lo ostentaron por demasiado tiempo y genera estos fallidos actos.
Hablar de la balsas y de quien se adjudica el logro político de haberlas
traídos o tramitado, suena ridículo, ya que una no sabían dónde se encontraba, y hoy si aún existe, y la otra la desmantelaron presumiblemente
algunos amigos del poder haciendo pingües negocios, basta con hacerle una visita y es comprobable
a simple vista, principalmente el sistema de propulsión de un alto valor. Como para
que tengan información fehaciente estas embarcaciones son las que por ordenanza
Nº 45/2009 se aceptando de la provincia, con matrícula 2028-F Nº 25 de las cuales una
de estas nunca llego a Villa Paranacito, con lo que el relato en las redes
adjudicándose gestiones, demuestran poco de memoria, y el total desconocimiento
de aquellos que adhieren en las
distintas y obsecuentes formas. Es más la balsa que nunca llegó y se encontraba
varada en el recreo Keidel, se intentó usarla para la extracción del mineral de
hierro hundido con el puerto de Ibicuy, trasladándola desde su lugar de origen,
donde estuvo varada por décadas. Bueno sería
que también se hicieran responsables quienes cedieron esta embarcación destruida por más de 45 años
de desuso y mantenimiento para ejecutar la extracción con un guinche a bordo, ya que el municipio se encontraba impedido, por ordenanza, de alquilar o llevar vehículos o móviles fuera
del ejido para trabajos, y a quien
beneficiaria el usufructo de la embarcación donada al municipio, pues el
mineral ya había sido pagado por el seguro, con lo que el negocio seria redondo.
Como también el responsable de ese momento en el ejecutivo municipal, de que
esta balsa terminara en un astillero de
Escobar, hoy seguramente ya desguazada ante la imposibilidad de cumplir con los
pagos por estadía, de más de 8 años. Sería
bueno, un pedido de informe y el responsable
de esta pérdida del patrimonio municipal o provincial se haga cargo de todo esto, ya que se abrió
nuevamente el relato, y que de suceder
seguramente alguna carátula delictiva podría adjudicársele, ya que era el garante
del cuidado de los bines del estado. Más
de una vez apropiarse de un rédito político conlleva a hacerse también cargo de su propia responsabilidad en el resguardo
de los bienes del Estado y si no lo hiciera que el peso de la ley caiga con
toda su fuerza sobre quienes no cumplieron con los deberes que los cargos públicos
les conciernen.