martes, 14 de marzo de 2017

Columna de Opinión Por: José Luis Regalado El relato continua

Columna de Opinión
Por: José Luis Regalado
El relato continua

Hay una realidad difícil de evaluar,  porque tenemos un pasado cercano que nadie se hace cargo. Cuando se cometieron semejantes desmanes en los manejos de lo público el recato o el silencio, en un tiempo prudencial, sería una de las formas a adoptar en estas situaciones que están tan frescas. Pero estar fuera del poder causa este aparentemente  síndrome de abstinencia, ya que este causa adicción en algunos que lo ostentaron por demasiado tiempo y genera estos fallidos actos. Hablar de la balsas y de quien se adjudica el logro político de haberlas traídos o tramitado, suena ridículo, ya que una no sabían  dónde se encontraba, y hoy si aún existe,  y la otra la desmantelaron presumiblemente algunos amigos del poder haciendo pingües negocios,  basta con hacerle una visita y es comprobable a simple vista, principalmente el sistema de propulsión de un alto valor. Como para que tengan información fehaciente estas embarcaciones son las que por ordenanza Nº 45/2009 se aceptando de la provincia,  con matrícula 2028-F Nº 25 de las cuales una de estas nunca llego a Villa Paranacito, con lo que el relato en las redes adjudicándose gestiones, demuestran poco de memoria, y el total desconocimiento de  aquellos que adhieren en las distintas y obsecuentes formas. Es más la balsa que nunca llegó y se encontraba varada en el recreo Keidel, se intentó usarla para la extracción del mineral de hierro hundido con el puerto de Ibicuy, trasladándola desde su lugar de origen,  donde estuvo varada por décadas. Bueno sería que también se hicieran responsables  quienes  cedieron  esta embarcación destruida por más de 45 años de desuso y mantenimiento para ejecutar la extracción con un guinche a bordo, ya que el municipio se encontraba  impedido,  por ordenanza,  de alquilar o llevar vehículos o móviles fuera del ejido para trabajos, y a quien beneficiaria el usufructo de la embarcación donada al municipio, pues el mineral ya había sido pagado por el seguro, con lo que el negocio seria redondo. Como también el responsable de ese momento en el ejecutivo municipal, de que esta balsa terminara en  un astillero de Escobar, hoy seguramente ya desguazada ante la imposibilidad de cumplir con los pagos por estadía,  de más de 8 años. Sería bueno,  un pedido de informe y el responsable de esta pérdida del patrimonio municipal o provincial  se haga cargo de todo esto, ya que se abrió nuevamente el relato, y que de  suceder seguramente alguna carátula delictiva podría adjudicársele, ya que era el garante del cuidado de los bines del estado.  Más de una vez apropiarse de un rédito político conlleva a hacerse también  cargo  de su propia responsabilidad en el resguardo de los bienes del Estado y si no lo hiciera que el peso de la ley caiga con toda su fuerza sobre quienes no cumplieron con los deberes que los cargos públicos les conciernen.    

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