COLUMNA DE OPINION
LOS PERSONAJES DEL DESCREDITO
Por: José L. Regalado
Existen muchos personajes que
ante la pérdida de poder y notoriedad social apelan a situaciones que
desacreditan a la política como arma de gestión para el bien general. Lo vemos
día a día en los medios con la caída de su propia imagen y el deterioro de su
credibilidad al ejercer una defensa sin argumentos o atacando a
instituciones o personas con el único fin de lograr un descredito de la misma,
logrando solamente acrecentar el propio. La caída de algún bastión aun sostenido a
nivel departamental, sin interiorizar en los motivos, causó estupor al perderlo en esta clase política que por décadas se sostuvo con asistencialismo,
dadivas y nombramientos a cambio del voto. Hoy fuera del poder con un nulo
protagonismo, sin saber cómo hacer política con fondos propios, ya que por años
la realizaron con los nuestros que
direccionaban a sus amigos, solo para su propio beneficio. Hoy están solos y
prácticamente desfinanciados y se esfuerzan en promover acciones que ocasionan
un desprestigio a una clase que creo nunca pertenecieron, la política, ya que está
bien definida es :“ Una ciencia que constituye una rama de las ciencias sociales
que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas
libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un
quehacer ordenado al bien común “. Jamás
la totalidad de esta sociedad fue libre.
Algo que nunca pusieron en práctica fue
promoverla, siempre causaron dependencia con la miseria, logrando con esto un daño
extremo sufrido por décadas y hoy fácilmente comprobable. Ahora con resabios de
obsecuentes y algunos agradecidos por dadivas y o negocios quizás, tienen cierto
grado de injerencia y propician un retorno poco probable. Quedan manejos como vemos en todos los
niveles, quedan puestos que responden a
esta casta de políticos feudales que jamás
sintieron ese verdadero rol, sino usufructuaron de la política para acceder al
poder y desde allí anclarse en un sillón donde se adueñaron de la vida de un
pueblo, que ante el cambio, vio que hay otras formas de ejercer el poder que no
es la que conocían.
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