sábado, 28 de octubre de 2017

COLUMNA DE OPINION José Luis Regalado Las pérdidas del color de las banderas y los escudos



COLUMNA DE OPINION
José Luis Regalado
Las pérdidas del color de las banderas y los escudos
Es  difícil en estos tiempos mantener con firmeza el color de los escudos y los símbolos partidarios. Es difícil el momento para mantener principio y valores inculcados hace décadas a fuego. Es difícil hoy emprender la lucha y enfrentar el modernismo, pues seguramente seremos avasallados por esta era que nos toca vivir. Todo cambio significa un desafío en todo ámbito, en la política esto se potencia, el  llevarlo de la mejor manera  y con este generar  políticas encausadas para el bien común, es lo que tiene que motivarnos.  Esta es la idea de la mayoría de los ciudadanos de bien, del color político o bandera ideológica que tengan. Hoy el recambio generacional en la política nos propone un gran desafío, sin desmerecer nuestra historia, nuestros próceres afines, nuestras banderas  ideológicas y el color de nuestros escudos, debemos cambiar. La militancia partidaria para muchos es más que una creencia religiosa, otros  la desechan abandonando partidos y vuelven a ellos según la conveniencia del momento y se vuelven a embanderar  ideológicamente sin atisbo de vergüenza. Hoy la  mayoría de los jóvenes  reúsa a esto  y la militancia la realizan online libremente. Las críticas se realizan en las redes, las discusiones de comités o unidades políticas fueron descartadas, las plataformas prácticamente fueron desechadas por el modernismo militante del face. Las manos, las herramientas, las plumas y laureles de los escudos partidarios prácticamente carecen de significado para muchos jóvenes militantes. La cultura mediática de lo político nos encontró desguarnecidos y nos llevó a tener que comenzar prácticamente de cero  si queremos mantenernos dentro del sistema,  como ciudadanos activos, de lo contrario, el retiro. Muchos nos reusamos a reconocer ciertos cambios  en todos los ámbitos, en lo político pienso quienes somos activos militantes, es el que más nos cuesta. Se dice que es la época de las coaliciones y la desaparición de los partidos, pueden quienes tienen esta opinión tener razón, no lo analizo. Sumarnos a una coalición en busca del  bien común general  tiene que ser nuestro horizonte y   no es motivo para no mantener  la identidad ideológica y luchar dentro de la misma. Quienes luchen por el mismo motivo fuera de esta no son nuestros enemigos, son solo adversarios de formas. Está en nosotros sumarnos a los cambios, adaptarnos a los mismos con políticas abiertas e integradoras y así evitar la pérdida de nuestros colores partidarios y que el bien común general no sea siempre un  horizonte, sino un camino que transitaremos.

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