Columna
de Opinión
José L.
Regalado
Las aguas turbias del periodismo
En una página digital se viene mostrando, en
una serie de notas, una realidad sesgada y sectaria de una grave situación que
viven los habitantes del bajo delta entrerriano. Estoy a favor de un control de
las obras de infraestructura realizadas por el estado, las construidas
por particulares y las que ya tienen décadas de construidas, ver como inciden
en el medio ambiente y como paliar esta situación generando políticas acordes y
un exhaustivo estudio hidráulico del departamento Islas del Ibicuy. No estoy de
acuerdo con el uso político de la desgracia de vecinos, atacando gestiones que
cuando asumieron lo hicieron con más de un metro y medio de agua sobre los
campos. No escuche a estos medios publicar los pedidos de las instituciones que
representan a los productores de la zona, que hace más de año y medio vienen
bregando con distintos reclamos en rutas con panfleteadas y en cuanto lugar se
les dio para expresarse. No escuche a estos medios reclamar la reglamentación
de la ley de cuencas, ni pedir fondos para el Corufa y que con estos haga
cumplir mucho de lo que hoy reclaman, proveniente de la gestión anterior.
Si veo que recopilan, de distintos medios, datos sin conocer de donde
provienen, conjeturan y opinan sobre los mismos, y desde un
cómodo teclado atacan seguramente con algún motivo. No vi a este medio
comunicarse y recorrer la zona, solo pega fotos donde el agua ya no tiene esa
altura a la vera del acceso a Ibicuy pasando el Aº Perico. Recorro la zona
asiduamente, jamás vi reclamar sobre endicamientos como los de Pedro Pou o
Roque Fernadez, o el taponamiento de alcantarillado realizado por importantes
productores de la zona, responsabilizar a estos no le ocasiona rédito alguno
seguramente. Aparentemente solo despierta interés de este medio el ataque a
miembros del gobierno con pocos meses de gestión, queriéndolos hacer parecer
como los responsables de una creciente que la producción sufre desde hace un
año, seguramente si por falta de infraestructura y control, pero
nada dice de los verdaderos responsables. Desconozco el interés de algunos en
esta forma de hacer periodismo, o lo conocemos y no merece ser dicho. Sé de la
realidad de la zona, también sé de la responsabilidad de los intendentes
que nombra, como el de Ibicuy y Paranacito y con el compromiso que
afrontaron esta situación. Sé de la asistencia de nación y la presencia del
comité de crisis interministerial al cual más de una vez hicieron alusión los
intendentes. Existen distintas formas de reclamos, atacar a endicamientos de
varias décadas o a un barrio a la vera de una ruta sin puentes y un Arroyo, que
poco puede incidir hidráulicamente, me parece poco serio, más desconociendo que
no son los únicos, existen varios vecinos en las mismas condiciones. Un dique
significa en su interior puestos de trabajo. En los diques del departamento
existen cientos de familias que trabajan en emprendimientos como el pecan, la
forestación, la ganadería y otras economías regionales y hoy están sin trabajo
y muchos sin vivienda. Tenemos que encontrar el equilibrio entre la
preservación de nuestro hábitat y la sustentabilidad de nuestra isla, la forma
de solucionar esto no es la que algunos medios eligen. Si esto les sirve
a ellos para tomar notoriedad y perseguir alguna clase de intereses, es otra
cuestión, entonces podemos decir que también las aguas son turbias
en cierta clase de periodismo.
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