jueves, 2 de junio de 2016

Columna de Opinión Malas prácticas

Columna de Opinión
Malas prácticas

Estamos acostumbrados en estos tiempos a buscar atajos en leyes y resoluciones que nos lleven a la meta que queremos a cualquier costo. Se usan  metodologías que rayan lo ilógico o lindan con principios poco claros, que no debemos emular.  Se debe  ser  ejemplo, más cuando  las circunstancias y los hechos nos ponen  en un lugar preponderante dentro de una institución educativa. Los concursos para acceder al sistema  son o deberían ser una de las forma más claras para insertarse en el mercado laboral  y lograr una estabilidad en el mismo. No debería el más alto cargo de una  institución educativa hacer preponderar en estos ámbitos el aval  político, de la pertenecía que sea, y usar el mismo para direccionar algún que otro concurso,  arrogándose poderes que superan los reconocidos por un estatuto que aparentemente desconoce. En actitudes como estas, donde se discriminan a algunos trabajadores de la docencia por motivos de conveniencia o devolución de favores  es donde se debe hacer valer los derechos adquiridos  por los docentes  y luchar para que estos sean respetados. Nadie se puede arrogar poder alguno para elaborar documentos que resuelvan distintos hechos fuera de toda incumbencia. Cuando se toman decisiones y determinaciones violando normativas claras se pierde el respeto y se quiebran relaciones dentro de  las comunidades educativas, más cuando el alto cargo viene con un buen  conocimiento de reglamentaciones, que no pone en práctica aparentemente.  La lucha por la estabilidad laboral en la docencia viene de alta data. Casos como algunos que trascienden los ámbitos educativos y se exponen en la sociedad nos deja demostrado que  las normativas vigentes deben ser respetadas. Un cargo, un título obtenido muchas veces con altos puntajes no garantiza la buena práctica  en una institución, esto es meramente un valor fáctico para acceder a un cargo. Los valores éticos y morales deben ser herramientas insoslayables en la carrera docente,  son  los que  deben tenerse y no abandonarse jamas, no solo para ser ejemplo ante los educandos, sino  también ante los educadores y hacerse merecedor del respeto de la comunidad educativa y mantener una buena relación  con la sociedad toda.
José Luis Regalado



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