Cerca de las familias de
Ibicuy
Los ministerios de Desarrollo Social, Salud y Defensa participaron de
un operativo conjunto para asistir a la gente de esa localidad del Delta
entrerriano que perdió todo tras la crecida del río. Ahora se preparan los dispositivos
de ayuda para cuando el agua baje y comience el momento de la reconstrucción y
la vuelta a casa. Cuando los
ríos del sur entrerriano desbordaron los terraplenes y avanzaron sobre las
casas este verano, las familias que habitaban la tranquila localidad ribereña
de Ibicuy cambiaron su vida por completo. En Mazaruca, una de las islas más
afectadas por la creciente, el agua tardó sólo cinco horas en inundar por
completo el paraje, y las 72 familias que vivían allí apenas pudieron retirar
algunos bienes. Desde entonces, el Ministerio de Desarrollo Social trabaja en
la asistencia, el acompañamiento y la organización de los recursos para
atravesar la crisis, al tiempo que ya se están delineando las acciones para la
vuelta a casa, cuando el río baje y permita comenzar la reconstrucción y
recuperación. En esta primera etapa de la inundación, los ministerios de
Defensa, Desarrollo Social y Salud se propusieron llegar a las familias que
permanecen en Mazaruca, Argentina, La Arenera, Puerto Ibicuy, Boca del Pavón,
Arroyo Lechiguanas y Cinco Bocas. El objetivo fue llevar medicamentos, vacunas,
agua potable, mantas, repelente y contención social. Viajaron médicos,
psicólogos y trabajadores sociales. Viajaron a Ibicuy, donde asistieron en
los centros de evacuados, el hospital y una salita sanitaria. Así
recorrieron los parajes inundados mediante la lancha patrullera ARA Río
Santiago de la Armada Argentina y botes de la Infantería de Marina. “Me
encontré con islas bajo el agua, que tienen que habrá que reconstruir para que
vuelvan a nacer”, explica Laura Polo, trabajadora social del Ministerio de
Desarrollo. Y asegura: “La idea es regresar cuando baje el agua y ver en
qué podemos acompañarlos”. Al retornar del operativo, los equipos comenzaron a
diseñar los dispositivos de ayuda para cuando las familias emprendan la
vuelta al hogar. Los relevamientos realizados en el lugar permiten proyectar
ayuda para la reconstrucción de los hogares y la actividad rural que les daba
sustento. Para esto se evalúa entregar ayuda económica, programas para
que puedan comprar los muebles perdidos y sistemas de microcréditos que les
permitan recuperarse. Mazaruca se ubica a 25 kilómetros de la ciudad de Ibicuy.
Hasta allí se trasladaron las familias inundadas, principalmente las mujeres
con las niñas y niños. Algunos tenían familiares que los hospedaron y otros se
instalaron en los centros de evacuados organizados por la Municipalidad de
Ibicuy. Pero hay siete familias que decidieron permanecer en el centro de
evacuados que se instaló en la parte más alta de la isla. Allí funciona una
salita sanitaria y un comedor comunitario. Aunque cuentan con dos lanchas para
realizar traslados, estos vecinos viven aislados. La velocidad con la que el
agua penetró el terraplén del pueblo no dio tiempo a nada. En las inundaciones
de los años ’80 y ’90, les había dado un margen mayor. “Esta vez el agua entró
superando el terraplén, como cuando una palangana se rebalsa”, explicó una
lugareña. En Mazaruca, el equipo de Desarrollo Social está ayudando a Carmen
Saucedo, quien se quedó en el centro de evacuados de la isla junto con su
marido para cuidar sus vacas, cerdos y gallinas, mientras esperan pacientemente
el descenso del agua para volver al hogar. Carmen suele viajar en bote por las
calles inundadas de Mazaruca, desde el centro de evacuados hacia su casa.
Cuando pasa por el sector que supo ser el jardín delantero, repasa el proyecto
de ampliación que quedó inconcluso: estaba realizando mejoras para recibir a
las familias de sus cinco hijos. Pero no se rinde. Espera que el agua baje para
volver y así reconstruir su huerta y su casa. La segunda etapa del trabajo del
ministerio comienza cuando el agua se retira y las familias retornan a sus
casas. “Vamos a necesitar ayuda para mejorar nuestra casa. Hay que limpiarla y
pintarla”, señala Carmen. En Bocas del Pavón los equipos de emergencia
asistieron a las familias que siguen viviendo en la planta alta, incluso con
varios niños. En estos parajes la situación de las familias que no evacuaron es
extrema, ya que no tienen medios de transporte, excepto un pequeño bote. Por
eso allí se profundizó la campaña sanitaria, que se centró en la prevención de
enfermedades como la leptospirosis, el dengue y el tétanos. “Es importante que
sepan que estamos trabajando para ellos y que no vamos a olvidarlos, estamos
dando lo mejor de nosotros para que puedan salir adelante. Y sabemos que es
difícil cuando el agua se lleva todo lo que construiste con los años”,
reflexionó Martín Rivero, médico del ministerio de Salud.
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