PROVINCIALES
- sin solución
una
vieja noticia, un problema de hoy
DEPREDACION
DE LOS RECURSOS ICTICOS DEL RIÓ PARANA
Peligra la riqueza pesquera
La imposición de una lógica puramente mercantil está poniendo en peligro el
desarrollo sustentable de la actividad. Un estudio, realizado por el Instituto
de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec) de la Universidad
Nacional del Litoral, reveló que en los últimos 20 años se ha producido una
disminución del 50 por ciento de los recursos ícticos del río Paraná. Un caso
alarmante es la depredación del sábalo, pez que tiene una importancia económica
indudable: ocupa el primer puesto en el ranking de exportaciones de recursos
pesqueros de río. A su vez, es el segundo pescado más exportado por la
Argentina detrás de la merluza. Además, el sábalo es la base de la cadena
alimentaria de otros peces que tienen un mayor valor alimentario y económico,
como es el caso del dorado, el surubí, el patí y el bagre. Los especialistas
explican que la causa principal que pone en riesgo la supervivencia del sábalo
es la explotación intensiva que realizan las empresas acopiadoras y
exportadoras de pescado. Existen 12 plantas frigoríficas que se encuentran
instaladas en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Los camiones
frigoríficos diariamente llegan a las costas del río Paraná para llevarse hasta
30 mil sábalos por día. Según estadísticas oficiales, las exportaciones de
pescados del Paraná argentino han registrado un crecimiento exponencial en los
últimos años. Las cifras indican que las ventas al mercado mundial han trepado
de 3000 toneladas en 1993 a casi 40.000 en el 2004. El notorio aumento de las
exportaciones se debió fundamentalmente al nuevo escenario luego de la caída de
la convertibilidad. En la actualidad, el 80 por ciento del pescado extraído del
río se destina a los mercados internacionales (los destinos principales son
Brasil, Bolivia, Colombia, Paraguay y Nigeria). Además, el crecimiento de las
exportaciones argentinas se vio potenciado por la decisión tomada por algunos
países (Colombia, Brasil, entre los principales) que prohibieron la pesca de
especies similares al sábalo. Estas naciones tomaron esas medidas aduciendo la
necesidad de salvaguardar la sustentabilidad de sus recursos pesqueros. En
general, los actores del sector coinciden en señalar que la escasa presencia
del Estado como regulador de la actividad incentivó la sobrepesca. A esta
altura parece evidente que la imposición de una lógica puramente mercantil está
poniendo en peligro la conservación de la riqueza pesquera. Lo alarmante de la
situación ha generado algunas iniciativas, por parte de los poderes del Estado,
que intentan revertir los actuales problemas. En ese marco, mediante el dictado
de la resolución 38, del 26 de enero de 2006, la Secretaría de Agricultura
instruyó al Senasa, para que suspenda la tramitación para la habilitación de
nuevas plantas frigoríficas que procesen pescados de agua dulce provenientes de
la subcuenca del río Paraguay-Paraná (que comprende las provincias Misiones,
Formosa, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Buenos Aires). Otra
iniciativa fue una ley sancionada, en los primeros días del año, por la
Legislatura santafesina prohibiendo la pesca comercial por 90 días. También,
diputados del Frente Para la Victoria han presentado un proyecto de ley en el
que solicitan que se declare el estado de emergencia de la actividad de pesca
de río. En la iniciativa se resalta que: “bajo el paradigma del derecho del
desarrollo sustentable es necesario que el Estado recupere su rol regulador,
compensador y activador, que fije políticas, que defina prioridades y siga
cursos de acción respaldados socialmente en reglas de juego que definan los
derechos y deberes de los múltiples sectores sociales involucrados y cuenten
con instituciones encargadas de que las reglas de juego sean respetadas” Por
último, en los primeros días de enero 2007 –a pesar de las presiones de los
frigoríficos exportadores y los pescadores– Felisa Miceli resolvió suspender
las exportaciones de las especies comerciales (sábalo, surubí, boga, tararira)
del río Paraná durante ocho meses. El tiempo dirá si esta resolución
ministerial es suficiente para recuperar las especies pesqueras que los
organismos técnicos han definido como “en estado de riesgo”. La necesidad de
compatibilizar el cuidado de los recursos naturales y el desarrollo de
actividades económicas una vez más se ponen en juego.
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